Evaluando riesgos y sistemas de control interno tributario en el siglo XXI

domingo, 25 de agosto de 2013

REFLEXIÓN: CONTRABANDO ADUANERO Y EVASIÓN FISCAL



El contrabando aduanero se refiere al tráfico doloso de mercancía sometida a alguna restricción o prohibición, cuya infracción a la legislación deriva a su vez, en la evasión parcial o total de aranceles y pago de impuestos imputables al flujo de mercancías, con el propósito de obtener una ventaja.

Si bien es cierto que el contrabando es una de las actividades ilegales más antiguas y comunes de la humanidad, el mismo ha evolucionado en todos sus aspectos redimensionándose exponencialmente con el boom de desarrollo tecnológico actual, el cual ha conllevado a nuevas formas de contrabando que se traducen en insospechados niveles de enriquecimientos ilícitos y delitos económicos y financieros derivados.

Es por ello que el contrabando como delito económico internacional no sólo es un flagelo cuyas sofisticadas ramificaciones causan profundos daños a la economía mundial, en especial de países emergentes y aquellos con niveles de pobrezas apreciables, producto de la competencia desleal de precios y calidad de bienes,  tráfico de mercancía prohibida o dañina, tales como: drogas; alimentos y medicinas adulteradas, en malas condiciones o sin controles sanitarios; ropa infectada, especies animales y agrícolas que pueden causar enfermedades y desequilibrios económicos, entre otros; explosivos, armas y productos químicos, armas de fuego, sino que es considerado uno de los principales factores que atentan contra la fiscalidad mundial.

En otras palabras el contrabando o tráfico ilegal del flujo de mercancías  a través de sus variantes, deriva en un detrimento al interés fiscal de los Estados en relación al cobro de tributos (ya sea por la vía directa aduanal o por competencia desleal y evasión tributaria directa de importadores, exportadores, industriales y comerciantes) y por ende en la obtención de ingresos ordinarios necesarios para cubrir el gasto público (seguridad, infraestructura, salud, empleo, educación, deporte, cultura) que permitan el desarrollo de las naciones y el bienestar de los pueblos.

En conclusión, toda disquisición sobre contrabando aduanero y evasión fiscal, en opinión de quien escribe, debe suponer posiciones más allá del socialismo y del capitalismo y ahondar un poco más en una economía de mercado con responsabilidad social, en este sentido los individuos y las colectividades debemos tomar conciencia de nuestra contribución en estos temas en el quehacer diario.


Finalmente, me permito varias reflexiones: ¿A dónde van mis Impuestos?¿Realmente somos parte de una sociedad más humana, cuando socialmente es aceptado el contrabando aduanero y la evasión fiscal?. ¿Somos responsables socialmente en materia tributaria?.¿El contrabando de qué forma repercute en el comercio informal?. Eso que supuestamente pagué más barato o lo pasé por aduana sin pagar tributos o por tributos menores ¿Cómo repercutió en el sistema público de: salud, educación, infraestructura, cultura, seguridad, deporte, empleo?. ¿La manera de involucrarnos con el problema no será parte del problema?